A Gemma, Rosi y tantos otros miles
“Ibant obscuri sola sub nocte per umbram” Libro VI Eneida
Requiescant obscuri,
permíteme, noche insomne,
que me traes a la memoria
estos versos de Virgilio,
parafrasearlos (intentaré
no sea en grosero modo).
Requiescant: confinados los movimientos,
quienes se van hacia el Averno,
categorizado por la visión cristiana
con un olímpico cielo
donde nos guiarán nuestros buenos actos,
son los otros; nosotros, los vivos,
RIP (¿en paz? ¿en pesadumbre?
¿en pesadilla?)
Obscuri: obscuros lutos que
antaño se perpetuaban en nuestras mayores
con atávicos atavíos.
Noches sin gachas blancas
(las remueven los muertos, decía mi madre)
seguidas de largos días de luto negro.
Sola nocte: noche solitaria
transformada por nuestros clásicos
en una noche serena,
en una mística noche oscura
antesala del renacimiento del alba.
per umbram: sombras de duda y
de tristeza y de melancolía
que ansiamos que se disipen
con un nuevo sol que nos resucite,
que nos devuelva el mes de abril.