Este poema no es el que hice para sueños, pero justo lo acabo de terminar antes de registrarme, y es un sueño. Son dos buenas razones para tenerlo aquí. ¡Espero que os guste!
hoy he soñado con el sistema métrico.
tenía que coger un metro pero pesaba demasiado.
cuando reuní las fuerzas me daba miedo estirarlo
por si se encogía muy rápido y me daba en la cara.
estaba montado en un metro dirección el sol,
agarrado a una barandilla fría y sin sentimientos
di una cabezada de un milisegundo
y al abrir los ojos estaba en el sofá con ella,
como siempre fui a besarla pero de su boca salió
el viejo del monopoly diciendo la siguiente parada:
la fotosíntesis.
ser un árbol en un bosque lleno de otros árboles,
todos juntos todos iguales sin carnet de identidad
es un lujo con el que pocos pueden soñar,
hasta que ellos mismos vienen a talarte
y tú no puedes moverte ni quejarte ni gritar ni huir,
porque no eres un árbol eres un vagón de metro
que no para de dar vueltas todos los días.
diario de transbordo:
creo que lo peor de ser un vagón de metro
es que no puedes despegarte del suelo.
tampoco puedes salir del suelo en sí mismo,
tu vida se basa en la ley de la gravedad.
pero un día el diablo se sube en ti
y te ofrece pedir solamente un deseo:
poder saltar.
veo a un niño saltando a la comba
con un metro amarillo oxidado
que no puede parar de saltar
porque si no el metro le cortaría en dos.
lo veo en tercera persona
porque efectivamente estoy soñando.
me despierto en el autobús
en el que voy acompañado
de todas las unidades de medida.
parece que esta pesadilla va para largo.
(10/06/2019)